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La sexta edición del Festival Música al Margen -producido por Cine Ideas & OJOINDISCRETO- logra justicia a su versión con una producción digna de destacar: amplificación, curatoría y número de cierre top de serie (Como Asesinar a Felipes).

Al igual que en años anteriores, la música fresca es pauta en su parrilla. Cabe recordar que casos como Matadero Palma o Caraslargas se popularizaron en este semillero, por lo que hablamos de una vitrina importante para proyectos musicales de cualquier etapa.

 

Fueron 90 bandas que cuentan con una capacidad creativa exquisita provenientes principalmente desde las periferias. Música que no es para ganar copas ni medallas, es para compartir, que vine de las tripas, la calle misma y de la sala low cost donde nace la creación.

De esta visión, el encargado en mayor parte son Gabriel Zapata (DJ Gabo) y Esteban Valenzuela (Romulo´s), visionarios de la forma y fondo que se encuentra ad portas de su primera década.

Sobre las bandas:

Sinceramente, esta fue la versión más difícil de dilucidar -muy parecida a la de 2014- pues siempre salen excelentes bandas de esta competencia. Sin embargo, para todos los casos, hay que trabajar los shows, que si bien se encuentran en etapas embrionarios para lograr un puesto en la escena nacional, poseen ese magma para quienes de verdad deseen correr esta maratón musical.

 

A Hombros de Gigantes contiene fortalezas provenientes desde la sensibilidad y un rango vocal potente. Posee balada y actitud en singles que honran la individualidad de su frontwoman. Recuerda a ese legado Paramore o Flyleaf, pop punk 2000 en quiebres tipo From First to Last en un camino que debiesen seguir; esa oscilación entre el emo y el pop. ‘Eclipse’ y ‘Mosaicos’ entre las mejores del set de calidad exportable a lmercado mexicano.

Entregan canciones en estudio muy post producidas y de alto entrenamiento vocal prácticamente. Melodías poderosas que arrasan perfecto para acompañar a pares como Maca del Pilar o Pánica. Mantienen además el espíritu de la competencia (Cerro Navia y Maipú) con más mujeres en el escenario. Sobre lo anterior, falta elaborar lo escénico, equilibrar las energías interpretativas de cada músico dando pie al discurso.

Para Clan siciliano su outfit gangster marca tendencia, personificación e identidad con toques rockabilly que luego derivan hacia el funk, la balada, el beat y toda esa onda Chuck Berry. Existen gestos de activar al respetable a través de una banda entretenida en constante búsqueda por generar atención musical.

 

Banda alineada que suena como un solo gran miembro. La configuración y elección de instrumentos abarca todo el espacio. Show entretenido de alto contenido. Dieron resistencia al calor y mostraron un amplio catálogo musical. 

Finalmente los nueve componentes ReyEléctrico se pasearon entre ritmos de funk, rap y la calle de Tuxedo, Justin Timberlake e Incógnito, en una apuesta lucida, multifacética y de harta perso. La utilización de espacios de su frontman cumple con su cometido, al igual que las músicas que ocuparon el entarimado exclusivamente para ellas.

Quizá sumar una coreografía o estructurar al desplante escénico de los intérpretes otorgaría mayor performance. Además existen accesorios de percusión que con una buena jaula (copiando el de Congreso) aportaría ese sabor extra de ritmos latinos.

 

Pues bien, este último demostró mayores fortalezas que sus colegas a través de un pop mainstream muy bien pulido, con agradables coros y claras coherencias referentes de Los Tetas o Papanegro.

Hay calidad, hay dedicación en querer hacer buena música. La banda posee una línea musical (pop, funky, groove) perfecto para compartir con chilenos como Madvanna o Manu da Banda.

Detalles de producción musical para hit del verano (‘Yerald Zong’) o feats. urbanos aportan el minuto a minuto. Por lo que al tanto de lo mencionado, claramente ReyEléctrico eran los que debían levantar la copa para este nuevo Música al Margen.

Fotos: @cristianbelano