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Sábado, la ciudad, la noche, el frío viento y la fila de humanos esperando entrar a la Sala Metrónomo. Hay que esperar por algún motivo, vamos entrando de a poco, te recibe el “merchandising”, algo que sí o sí se tiene que hablar.

CAF ha ido a lo largo de los años cultivando una estética realmente genial. Se ve en la portada de sus discos, en sus vinilos, en los casetes. En cada uno de sus preciados asesinatos, hay un crimen bien organizado, de colores vivos, de blancos y negros. Va de acuerdo al asesinato, hace sinestesia con las letras, la batería, las perillas, los bronces y la pupila.

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Ya en 2012 se lanzaron con “Comenzará de nuevo“, lo cual se puede establecer como una pequeña profecía. Ahora es “Naturaleza Muerta“. ¿Otra profecía? ¿Otro discurso? ¿Una nueva advertencia? Quizás un poco de todo, como la misma música: difícil de catalogar, pero fácil de percibir.

Comienza el show, esta vez, con danza y baile que atrae la vista de todos. Justo cuando sabemos en qué dirección mirar, la nave aterriza en el lugar que da inicio a la música: la voz y los beats reunimos en un improvisado circulo, como si desprendiera fuego y calor (lo que vinimos a buscar).

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Continua el show sobre el escenario donde las luces nos vuelven a encandilar, a buscar, a introducirnos en el color, para luego cerrar los ojos y sentir la suave voz de Camila Moreno porque hay amigos y amigas invitadas en la construcción de este nuevo disco.

Suena fuerte, nos envuelve, la gente mueve los pies, la cabeza de arriba abajo, las emociones surfean los cuerpos y los movimientos orbitan la sala. Más música, más ritmos, más invitadas, más energía, todo para que nos fuéramos deslumbrados con los nuevos sonidos y el eléctrico juego de luces con las que presentaron el registro.

Luego un pequeño receso y de vuelta a los clásicos -esos que siempre estamos esperando-, CAF enlazó este nuevo crimen al loop del buen gusto por la música. Así, todo vuelve a comenzar.

Por Javier Bustos Vera
Fotos: Ignacio Gálvez
Agradecimientos: Roberto Lausen