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Tuve la oportunidad de asistir a todas sus versiones. De igual modo, vi como pasó del amor, a lo que hace un mes se estuvo discutiendo.

Tras la visita de Perry Farrell (mentor del encuentro) al Parque O’higgins durante la ejecución de Maquinaria Festival ’10 en Club Hípico (a un costado de la sede que albergó el encuentro por nueve años), sintió el espíritu Chicago que particulariza su invención.

Ahora bien, esa mirada se dilató por una década en nuestro tercermundismo, que es bastante para un país nada acostumbrado a estas actividades de festivales ultra masivos (240.000 personas registró en 2019, su última versión).

 

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Y es claro que durante ese tramo, inquietudes por todas las parte iban a reaccionar; desde la licitación de arriendo para el lugar, el beneficio turístico y finalmente el coletazo a los vecinos del sector, que es lo que hoy está en el tapete.

En el primer mundo, gran parte de estos eventos masivos se realizan en las afueras de la urbe, y por citar el caso del festival Ultra, la misma ciudadanía se encargó en dejar claro que no querían eventos en el centro de la ciudad, tal como sucedió con la venidera edición aniversario de Lollapalooza Chile.

 

 

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Si bien fue un lugar beneficioso para la producción y sus centenares de miles de seguidores, la población opinó lo contrario en el último dictamen emitido desde la misma alcaldía. Lo que reclamaban principalmente fue pasajes residenciales transformado en estacionamiento clandestinos, comercio sobre exigido, decibeles a toda hora, baja movilización pública, etc.

Alguna de los pro para la producción fue el cierre perimetral asegurado del Parque O’Higgins fue uno de los beneficios por la cual nunca se trasladó, además de su hermoso espacio largo y extendido por variadas plazas y la familiarizarnos del lugar. O sea, un espacio perfecto.

 

 

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De forma visceral, los expertos de paso hablan del por qué nunca se realizó en tal o cual lugar (Parque Bicentenario o Araucano), basándose en la experiencia (la única) que vivió Santiago Gets Louder de 2015 en el ex Aeropuerto Los Cerrillos que bien se manifestó sin mayores inconvenientes, siendo este uno de los más recordados hasta hoy.

Hoy la película más clara y alimentando la expectativa también desde el mismo municipio, fue el mencionado lugar que cerró la incógnita sobre dónde se haría la aplazada -por los motivos que ya todos saben- de la celebración en edición cumpleañera.

 

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Por el mundo hay modelos que convienen replicar, como lo expuesto por el archi conocido festival Wacken, donde la producción en 30 años ha incluido a la comunidad en sus actividades antes, durante y después del evento, reflejados en el documental Full Metal Village, una captura a cómo se transforma un pueblo casi en su mayoría feligrés a la religión católica, que al llegar la fecha se transforma totalmente para sustentar su propia economía local que dura todo el año con la música más blasfema existente hasta hoy. Así con el primer mundo…

Sinceramente y siendo realistas con el presente pandémico que hoy vivimos, espero de corazón se realice. Hace bien para un país tan azotado por la falta de empatía a los trabajadores de las culturas, y muy personalmente por los recuerdos imborrables que ha traído vivir un pedacito de historia musical en la punta del mundo.

Por Juan Gmo. Carrasco (Evaluador de Festivales y Difusión del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio 2021)